Page Nav

HIDE

Grid

GRID_STYLE
...");});

Pages

Classic Header

{fbt_classic_header}

Header Ad

Breaking News:

latest

NOCHE SERENA

NOCHE SERENA Al contemplar en una noche serena el firmamento azul, cuajado de estrellas, el alma siente el anhelo de lo infinito. El acor...

NOCHE SERENA

Al contemplar en una noche serena el firmamento azul, cuajado de estrellas, el alma siente el anhelo de lo infinito. El acordado rodar de los mundos por los ámbitos inmensos del espacio nos hace comprender que nuestro planeta es un breve punto comparado con la grandeza del universo. Tales son los principales pensamiento que palpitan en la siguiente oda de Fray Luis de León ( 1528 – 1591), primer poeta lirico español y uno de los primeros del mundo por la sublime elevación de sus pensamientos.

Cuando contemplo el cielo

De innumerables luces adornado,

Y miro hacia el suelo,

De noche rodeado

En sueño y en olvido sepultado

El amor y la pena

Despiertan en mi pecho una ansia ardiente

Despiden larga vena

Los ojos echo fuente,

La lengua dice fin con voz doliente;

Morada de grandeza

Templo de caridad y de hermosura

Mi alma, que tu alteza

Nació, ¿que desventura

La tiene en esta cárcel baja, obscura

¿Qué mortal desatino

De la verdad aleja así el sentido,

Que de tu bien devino

Olvidado, perdido

Sigue la vana sombra, el bien fingido?

El Hombre esta entregado

Al sueño, de su suerte no cuidando,

Y con paso callado

El cielo vueltas dando,

Las horas del vivir le van hurtando

¡Ay! Despertad, mortales;

Mirad con atención en vuestro daño

¿Las almas inmortales

Hechas a bien tamaño

Podrían vivir de sombra, y solo engaño?

¡Ay! Levanta los ojos

A aquesta celestial eterna esfera,

Burlareis los antojos

De aquesa lisonjera

Vida, con cuanto teme y cuanto espera

¡ Es mas que un breve punto

El bajo y torpe suelo, comparado

A aqueste gran trasumpto,

Do vive mejorado

Lo que es, lo que será, lo que ha pasado?

Quien mira el gran concierto

De apuestos resplandores eternales,

Su movimiento cierto,

Sus pasos desiguales

Y en proporción concorde tan iguales:

La luna como mueve

La plateada rueda, y va en pos de ella

La luz do el saber llueve

Y la graciosa estrella

De amor le sigue reluciente y bella

Y como otro camino

Prosigue el sanguinoso Marte airado,

Y el Júpiter benino

De bienes mil cercado

Serena el cielo con su rayo amado:

Rodease en la cumbre

Saturno, padre de los siglos de oro,

Tras el la muchedumbre

Del reluciente coro

Su luz va repartiendo y su tesoro:

Quien es el que esto mira,

Y precia la bajeza de la tierra,

Y no gime y suspira

Por romper lo encierra

El alma, y de estos bienes la destierra?

Aquí vive el contento

Aquí reina la paz; aquí asentado

En rico y alto asiento

Está el amor sagrado

De honra y deleites rodeado

Inmensa hermosura

Aquí se muestra toda; y resplandece

Clarísima luz pura

Que jamás anochece

Eterna primavera aquí florece,

¡Oh campos verdaderos!

¡Oh campos con verdad frescos y amenos¡

¡Riquísimos mineros!

¡Oh deleitosos senos!

¡Repuestos valles de mil bienes!

Fray Luis de León